Fuente: Medline Plus
La fiebre escarlatina es una enfermedad provocada por bacterias estreptocócicas del grupo A, las cuales producen una toxina que causa la erupción rojiza característica de esta enfermedad.
Esta erupción suele aparecer en el cuello y el tórax de los niños para luego esparcirse por el resto del cuerpo.
Las causas de la fiebre escarlatina
La principal causa por la que se contrae la fiebre escarlatina es por haberse infectado de las bacterias que la provocan. En la mayoría de casos, la causa principal es por haber estado en contacto con alguna persona con escarlatina.
En el caso de los niños, puede haber sido en la escuela o en alguna actividad extraescolar, jugando por el vecindario, etc.
Los síntomas de la fiebre escarlatina
La escarlatina suele manifestarse primero con fiebre y dolor de garganta, en general, después de uno o dos días de ser infectados. Aparece a continuación una erupción en el cuello y el tórax que luego se va diseminando por el resto del cuerpo.
La erupción puede durar una semana aproximadamente y, a medida que va desapareciendo, la piel puede presentar un estado de descamación, sobre todo alrededor de las puntas de los dedos de la mano, de los dedos de los pies y en la zona de la ingle.
Otros posibles síntomas de la escarlatina son:
Dolor abdominal
Coloración roja intensa en los pliegues que se encuentran en la axila y la ingle
Escalofríos
Fiebre
Malestar general
Dolor de cabeza
Dolores musculares
Dolor de garganta
Enrojecimiento e hinchazón de la lengua
Vómitos
El diagnóstico de la fiebre escarlatina
Para confirmar el diagnóstico, el médico de tu hijo le realizará diversas pruebas, entre ellas:
Examen físico
Cultivo de garganta
Detección rápida del antígeno, en este caso del exudado faríngeo.
Tratar la fiebre escarlatina
En el tratamiento de la fiebre escarlatina se utilizan antibióticos para eliminar las bacterias que causan la infección de la garganta.
Un agravamiento de la fiebre escarlatina también puede comportar problemas óseos, infección del oído, daño renal, daño hepático (es decir, en el hígado), meningitis, neumonía o sinusitis.
Prevención
Para prevenir que tus hijos contraigan la fiebre escarlatina debes evitar que tengan contacto directo con otros niños o personas mayores que estén infectadas de la enfermedad, pues las bacterias se diseminan por el contacto directo o bien por la gotas que puede exhalar una persona infectada.
Acceso al documento original:
Fiebre escarlatina. Medline Plus. [Fecha consultada: 12/01/2015]
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